34
años han pasado desde vuestro reinado como Falleras Mayores de
Valencia, a nivel personal, ¿Que supuso para vosotras?
A: Es
un cambio radical, te cambia la vida. Aunque las personas digan que
no, que luego sigues, no sigues. Ese momento es una etapa donde se
nos puede aplicar una canción de aquel momento de Julio Iglesias “De
niña a mujer”. Aunque fuéramos mayores en el fondo
eramos unas niñas, tienes tantos actos, no como hoy en día,
pero vas creciendo y evolucionando más rápido de lo normal, pasas
muy rápido de niña a mujer y tu chip cambia por completo. Si no
hubiera sido Fallera Mayor hubiera sido una adolescente más, hubiera
seguido mi vida normal y no me hubiera enterado de muchísimas cosas.
Fue un cambio muy agradable y bonito.
R:
Para mi supuso convertirme en una princesa, era una niña de 10 años
y que de repente me hicieran honores de Reina, que me escoltara
la policía, que ni mis padres pudieran acompañarme a los
actos porque era yo la Fallera Mayor Infantil, para mi fue un
auténtico cuento de hadas, fui una verdadera princesa.
Imagino
que tendréis muchas, ¿Nos contáis alguna anécdota?
A:
Hubo un día previo a las exaltaciones que quedamos para merendar la
madre de Raquel, mi madre y nosotras, fuimos a Santa Catalina,
estuvimos tranquilamente y cuando nos fuimos, a la altura de la Plaza
del Ayuntamiento vimos que no había demasiada gente pero
nosotras íbamos a lo nuestro y entonces se nos acerca un
soldado y nos dice: “Por favor, ¿Que hacen ustedes por aquí
paseando? Y nosotras : “Pues que nos vamos a casa” Y entonces el
soldado nos dice que hay un toque de queda y nosotras nos quedamos
con cara de poker, Raquel se le queda mirando con una carita y
le dice: “ Somos las Falleras Mayores de Valencia” y el soldado:
“¿Y?”, a lo que Raquel, espontánea y un poco preocupada le
contesta: “¿Vamos a tener fallas este año?. El pobre soldado que
ya estaba bastante asustado con su ametralladora nos dice: “Mira,
yo no lo se, pero a mi me han dicho a que a estas horas no puede
estar nadie en la calle”. Y nos fuimos a casa pensando que ahora
que eramos nosotras las Falleras Mayores iba y había un golpe de
estado, esto fue el 23-F y a los días eran nuestras exaltaciones.
R: A
mi me contaron las de mi Corte, que yo no recordaba pero me hizo
mucha gracia y es que yo iba sola en el coche, no podían ir conmigo
y los días de fallas eran muy agotadores, que te levantabas a las
seis de la mañana para que te peinaran y un día que yo me iba
durmiendo, los de Junta dijeron: “¡Por favor, que vengan niñas
con Raquel, que se nos está durmiendo!. Me hizo mucha gracia esa
anécdota.
A: Yo
me iba cambiando de coche y cuando llegábamos a los sitios
me volvía a mi coche y la que estaba en el mio se volvía al
suyo, así todas iban como Fallera Mayor, tenían ese protagonismo,
les aplaudían y sacaban la mano por la ventanilla y
saludaban.
Amparo,
la Crida es uno de los actos más esperados por las Falleras
Mayores, ¿Cómo recuerdas ese día y el acto?
Lo
recuerdo muy asustada, porque es muchísima responsabilidad, aunque
te cuentan las Cridas anteriores. El alcalde tuvo un gran detalle,
que no había estado en ninguna exaltación, todo sea dicho de paso,
pues me llamó y me dijo: “Mira Amparo, tu tranquila, apréndete el
discurso y cuando llegues allí no hagas caso de nada”. La Crida
aun era en la parte de atrás de las Torres de Serrano, en la Plaza
dels Furs, que estaba llena, hasta las calles adyacentes. Habla el
alcalde y entonces empezan pitos, abucheos, huevos, tomates, de todo
y yo pensaba: “Mare de déu, i ara vaig jo darrere” y te quedas
así mirando diciendo que no vas a ser capaz y él me dice en ese
momento: “¿Que te dije yo por teléfono? No hagas caso a nadie”
Y entonces me cede la palabra y empiezo a hablar, aunque yo abría la
boca pero de ahí no salía nada y entonces él me dice: “A ver
Amparo, tranquila, serénate”, me cogió la mano muy
cariñosamente y me dijo: “Cuando yo te diga ya, empiezas”,
y cuando me lo dijo arranqué me discurso, lo solté todo, luego
lloré de los mismos nervios y el alcalde me dijo que lo había hecho
perfecto, me dio la enhorabuena y un beso. Cuando bajamos de las
torres, tuve otra anécdota y es que yo estaba muy contenta con mis
llaves y se acerca una señora y me dice: “Devuélveme las llaves”,
y yo: “¿Cómo?, si me las acaba de dar el alcalde” Y entonces me
dice que esas llaves son simbólicas, que se devuelven una vez acaba
la Crida, pues eso que había un periodista que lo estaba escuchando
todo y al día siguiente en le periódico sale: LA FALLERA
MAYOR DE VALENCIA HACE LA CRIDA, LE ENTREGAN LA LLAVE Y A
CONTINUACIÓN SE LAS QUITAN. Fue a raíz de ese artículo cuando
empezaron a dar las llaves, en el 1982 ya les dieron las llaves de la
ciudad de Valencia.
Raquel,
siendo tan pequeña, ¿Eras consciente de lo que suponía ser la
Fallera Mayor Infantil de Valenia? ¿Conocías realmente la figura
de la Fallera Mayor y la Corte?
Realmente
yo no era muy consciente, porque yo había vivido en Madrid, si que
había sido fallera, mis abuelos eran valencianos, de hecho yo soy
valenciana y venía todos los años en fallas, yo había sido Fallera
Mayor Infantil de mi falla junto a mi madre y la verdad es que yo no
era consciente de la magnitud que suponía serlo y para nada conocía
la figura de la Fallera Mayor de Valencia.
Amparo,
¿Que me puedes decir de tu compañera de viaje, Raquel? ¿Que
recuerdos tienes de ella en ese año?
Que
eramos las dos unas paquetillas, eramos unas novatas encantadoras.
Hubo mucha complicidad, era mirarnos y sabíamos lo que queríamos,
tuvimos mucha suerte de llevarnos tan bien, gracias a nuestros padres
que congeniaron muchísimo y eso fue muy importante que los padres
congeniaran, al igual que se llevaron de bien con el resto de padres.
Raquel,
¿Que recuerdos te vienen a la mente de Amparo, tu Fallera Mayor, en
aquel 1981?
Cuando
eres una niña, siendo Fallera Mayor Infantil, tu Fallera Mayor es
todo lo que tu quieres ser de mayor, porque yo la veía tan guapa,
tan alta, yo la veía y decía: “Quiero ser como
ella”. Sólo quería estar con ella, lo que pasa que a veces no me
dejaban, Amparo era mi ejemplo a seguir, la quería muchísimo,
bueno, a día de hoy la sigo queriendo.
¿Creeis
que ha cambiado mucho la figura de las Falleras Mayores de Valencia
en 34 años? ¿Sabéis de actos que tienen actualmente y vosotras
no tuvisteis?
R:
Creo que ahora la mayoría de las niñas no tienen
espontaneidad y creo que es muy bonito ser Fallera Mayor
Infantil y vivirlo disfrutando, que se les note
que están disfrutando, porque ahora se las ve
tan rígidas, tan puestas que te preguntas si de verdad lo
está pasando bien o si está siendo bonito para ella. Yo veo
ese cambio respecto a hace años, las veo como muy “maniquís”.
A: Yo
creo que habría que hacer una selección de actos, la Fallera Mayor
no puede ir a todo, porque no todos los actos son falleros, llega un
momento que la imagen de la Fallera Mayor no la estás elevando, la
estás bajando, vulgarizando. Creo que es un problema de Junta, de
agenda, considero que habría que hacer una selección de a donde se
va, y que sean actos falleros o actos de cultura valenciana. Nosotras
tuvimos un año de cambios, lo que se hizo el año anterior, en la
nueva Junta Central Fallera, dijeron que tenía un olor a una
derechona arcaica, entonces quisieron cortar muchos actos, nosotras
tuvimos actos puros falleros, como curiosidad es que tuvimos dos
ofrendas, el 17 desfilamos las dos y el 18 volvimos a desfilar otra
vez las dos.
Vuestra
Corte de Honor, ¿12 amigas para siempre, respectivamente?
A: Lo
mejor, hace unos días estuvimos cenando, celebrando el
cumpleaños de una de ellas. Para mi en el año 1980, la Feria
de Julio me hizo uno de los mejores regalos de mi vida, eramos 13,
hemos quedado 8 amigas, nos vemos cada mes y medio, cenamos y nos lo
pasamos fenomenal y eso que ha transcurrido muchas décadas
y han pasado muchas cosas entre nosotras, no es que nos hayamos
enfadado, pero la vida va cambiando y tienes momentos muy buenos y
otros de déjalos pasar, pero ahí hemos estado siempre apoyándonos.
R: En
mi caso nosotras rompimos la relación, no tuvimos ningún trato, ni
yo con ellas ni entre ellas, no por nada, sino porque éramos niñas,
no existían los móviles, entonces se rompió la relación y
volvimos a recuperarla el año pasado con el 75 aniversario de Junta
Central Fallera y fue muy bonito, nos juntamos 8 y era como esas 8
personas con ganas de volvernos a contar las mismas cosas,
ahora tenemos un grupo de Whatssap y ya si que tenemos relación
entre nosotras.
Raquel,
¿Cómo viviste el día de tu elección como Fallera Mayor Infantil?
¿Y la proclamación?
El
día de mi elección yo estaba en Madrid, me tuvo que traer mi madre
a toda leche porque ella me decía que tenía que estar en casa por
si me llamaban, que si llamaban y yo no estaba, no sería la Fallera
Mayor Infantil de Valencia y cuando llegué me llamaron y con
muchísima ilusión. La proclamación tengo pocos recuerdos, no es un
acto que recuerde mucho, pero se que Amparo le quitó la silla al
alcalde y yo ahí estaba un poco como diciendo: “¿Que es todo
esto?”. Entonces la proclamación no era al día siguiente como
ahora, a nosotras nos nombraron Falleras Mayores un 21 de noviembre y
el 10 de diciembre fue la proclamación.
Amparo,
¿Cómo viviste el día de tu exaltación y el acto en sí?
Ese
día te sientes una Reina, es precioso, es maravilloso, cuando ya
tienes la banda, te das la vuelta y saludas desde el escenario, ese
momento te das cuenta de que eres la Fallera Mayor de Valencia, es un
momento glorioso, de repente te ves con la banda saludando, todo el
mundo en pie aplaudiéndote, es impresionante, en la vida se me
olvidará. Hay varios momentos muy importantes, una de ellos es
la proclamación que es más pequeñito, entrañable y emotivo, la
exaltación que estás ya con el pueblo valenciano, con un mantenedor
chapó y luego creo que otro momento envidiable para una Fallera
Mayor es cuando subes al camarín de la Virgen y la tienes cara a
cara, en ese momento quieres que se pare el mundo y no puedes pedir
más.
El
espolín Fallera Mayor de Valencia en vuestro año aún no se había
establecido, ¿Como eran vuestros trajes que os hicisteis para
FFMMV? ¿Consideráis que actualmente se confeccionan
demasiados?
A: Yo
tenía un traje y medio de valenciana, tenía un traje y una falda
negra con un corpiño negro de terciopelo, los trajes me los hizo en
su día doña Carmen Ferrer Insa, cuando me nombraron Fallera Mayor
le dijo a mi madre que qué me hacían para ese año y le dijo que
con lo que tenía y tres más eran suficientes, entonces cogimos tres
espolines, que por cierto el que yo quería no lo tuve porque se lo
hizo Raquel, yo quería el Reina y me dijeron que lo habían cogido
para ella. Yo creo que ahora no se necesitan tantos trajes, habría
que pensar en la gente que se quiere vestir y no tienen ni para un
traje, entonces con la mitad se tiene más que de sobra, tener trajes
que igual casi te lo pones un día, me parece excesivo, no se si es
culpa de ellas o de quien lo regala, a mi también me hubiera gustado
que me los regalaron, lo único que nos regalaron fue la banda y la
joia, nada más, lo demás a toca teja de nuestros padres, si tenías
cinco trajes, pues cinco trajes que te has pagado, por lo que pienso
que son cosas que Junta Central Fallera debería regular porque en el
fondo creo que se está convirtiendo la Fallera Mayor en mercancía,
en plan de que le regalan un traje y tiene que estrenarlo en tal día,
creo que eso no puede ser, creo que hay que tomar las riendas y decir
hasta aquí.
R: Yo
tenía un traje y el año de Fallera Mayor Infantil de Valencia me
hicieron tres trajes completos y una falda roja con un corpiño negro
para la ofrenda, el Reina y otro espolín enguidano que fuimos las
primeras en sacarlos, que eran todos del mismo color y pusimos la
moda, tuve uno rosa, otro amarillo, azul y la falda roja, eran muy
bonitos y creo que quedé muy bien. Ahora no creo que haga falta
tanto traje porque parece que la mejor Fallera Mayor es la que tiene
más trajes y los más caros, me parece excesivo sobre todo en las
niñas.
¿Cómo pasasteis de
ser “Reinas de Valencia” a volver a vuestras comisiones como
unas fallera más? A día de hoy, ¿Cómo vivís las fallas?
A:
Yo pasé a ser otra vez Amparo Marín, estudiante, una chica normal
y con el paso de los años me fui a vivir a la Calle Císcar y desde
que me fui ahí soy de la falla Císcar-Burriana, para mi es mi
falla, disfruto un montón, me visto todos los años, para todo
porque me encanta vestirme de valenciana, disfruto mucho. Me cojo
vacaciones en fallas y es que tenían que ser fallas siempre fiesta
y ponernos un día más porque se me pasa muy rápido.
R: Yo
siendo tan pequeña no lo llevé demasiado bien cuando al año
siguiente era una fallera más. Después de mi, en mi falla salió
Fallera Mayor Infantil de Valencia Mónica Palmer, entonces ella
en teoría era la Fallera Mayor saliente de mi falla,
Joaquin Costa-Burriana, por lo que fui yo la que tuve que poner
todas las bandas a toda la comisión y no guardo un mal recuerdo,
pero es como estar en el cielo y de repente volver a la tierra, me
sentía nostálgica. Ahora mismo las fallas las vivo desde otra
perspectiva, no participo activamente en ellas, pero sigo siendo una
enamorada de la fiesta.
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