martes, 28 de julio de 2015

ENTREVISTA MARÍA TOMÁS, CORTE DE HONOR 2010

    Imágen: Lázaro de la Peña 

    1. A nivel personal ¿Que supuso para tí formar parte de la Corte de Honor de la Fallera Mayor de Valencia?

Supuso muchísimas cosas, tanto a nivel personal como a nivel fallero. A nivel personal sobretodo, yo siempre digo una cosa y es que cuando todo acaba quedan las personas y los recuerdos, yo creo que lo mejor que me llevo de ese magnifico año es a todas las personas que he conocido a raíz de haber pertenecido a la Corte de Honor, desde cualquier miembro de Junta Central Fallera, acompañantes, chofers, vicepresidentes, las Cortes y sus familias, cualquier persona que nos haya recibido en sus casales, yo creo que todas esas caras conocidas que después de que pasa el reinado las sigues viendo, eso es lo mejor a nivel personal. También es cierto que he aprendido mucho, la María que comenzó en 2009 a la María que hay ahora, ha cambiado muchísimo gracias a las experiencias y vivencias que me han dado el año de Corte. A nivel fallero vivimos lo máximo y yo creo que nos ha hecho a todas tener muchas más ganas de seguir trabajando por y para la fiesta.

    2. Fallas 2010: ¿Primera imagen que te venga a la mente? Y de todos los actos a los que asististésis ¿Te quedas con alguno en especial?

Yo creo que una de las impresiones más bonitas es el momento de entrar en la basílica de la Virgen el día de la ofrenda. Yo creo que hay momentos en los que nos recuerda a nuestro año de Falleras Mayores de nuestras comisiones, pero es cierto que ese privilegio no lo tiene todo el mundo y yo creo que estar ahí viendo a la Mareta, disfrutando con todas esas personas que te han acompañado y que es el culmen de todos esos días de fallas, ese momento es único. De todas las fallas, sin duda la Crida, el momento de subir a las Torres y ver a todos los falleros a los pies coreando nuestros nombres y esperando el discurso nuestra Fallera Mayor de Valencia, eso no lo cambio por nada, ese sentimiento nace de la germanor que vivimos todos los falleros.

    3.Somos conscientes que no todas las señoritas o niñas optan al cargo de Fallera Mayor/Infantil de Valencia tras haber sido elegidas para formar parte de la Corte de Honor, ¿Que opinas al respecto? ¿Consideras que habría que obligar de alguna manera a que se presentaran? ¿Tu te presentaste en el 2010?


Yo creo que las personas que se presentan no son conscientes que cuando firman el papel en sus casales, optan a Fallera Mayor de Valencia. Yo creo que no se debería preguntar jamás, una vez elegidas, si se opta o no se opta porque si es cierto que hay que tener en cuenta problemas económicos o sobretodo laborales, que es el motivo por el que muchas dicen que no, porque tienen un trabajo y hoy en día eso es un tesoro, pero también es cierto que Valencia se merece a las mejores representantes, a las trece que estén dispuestas a darlo todo, y evidentemente hay una cabeza visible que es la Fallera Mayor de Valencia y que tiene que ser lo más. Creo que debería ser un orgullo para cualquier fallera y que no debería haber ningún impedimento el que la mejor de cada año estuviera ahí. Por lo cual, no debería preguntarse y yo por supuesto que dije que sí, porque es un orgullo representar a la fiesta, representar a tu comisión, a tu sector, a las fallas, a Valencia, porque no nos olvidemos que es embajadora de la ciudad en muchos lugares y como yo soy muy consecuente con ello yo firmé un papel en el que dije que si quería ser Fallera Mayor de Valencia y evidentemente hasta el final estuve con esa idea en la cabeza.

    4. Desde tu punto de vista como fallera ¿Consideras que habría que cambiar el método de elección de las Cortes de Honor/Falleras Mayores de Valencia?

A mi parecer el método de elección de la Corte de Honor es muy adecuado, yo tuve una hermana que perteneció a la Corte de Honor de 1996 y el proceso era muy diferente, pasaban únicamente un fin de semana con ellas, pocas pruebas, muy poco de particular, el veredicto se daba después de verlas desfilar, por eso, esa ampliación del tiempo de pruebas, de estar quince días conviviendo con ellas es muy bueno para conocerlas mejor, por lo que yo creo que en eso hemos ganado y también en las diferentes pruebas que se van haciendo, hemos cogido un poco de cada cosa que yo creo que debe tener una persona que opte a Corte de Honor o Fallera Mayor de Valencia, respecto al jurado de Fallera Mayor si lo cambiaría, creo que después de quince días de pruebas ya es suficiente para conocer a unas personas y para ver de quien de esas trece, entre el jurado, es la adecuada para ser la Fallera Mayor de Valencia, también es un ahorro de tiempo y dinero, tanto para la corporación de Junta Central Fallera, por todos los actos donde vuelve a ver una cena de gala y demás y también para nosotras, sobretodo es un ahorro de nervios, porque es volver a pasar pruebas semejantes a las de Corte. Muchas veces también es importante el hecho de que no se dilate en el tiempo, que se marquen cosas más bonitas, yo siempre he dicho que nuestro último acto como Corte de Honor fue el homenaje de las Juntas Locales y por ejemplo a mí me hubiera gustado que el último acto fuera la Fonteta, creo que sería un final más apoteósico para la Corte que termina y una sugerencia, que me gustaría sería que el primer acto oficial como Corte fuera el 9 d'Octubre. Sería darle un empaque tanto al final de una Corte como al comienzo.

  1. Cuéntanos cómo fue la famosa y mágica Fontenta.

Es un día en el que se mezclan muchísimos sentimientos, yo fui elegida en la posición numero once, con lo cual iba escuchando nombres y cada vez quedaban menos oportunidades, pero si que es cierto que confome iba escuchando el nombre de las elegidas me ponía muy felíz porque eran personas que habían demostrado durante los días de pruebas, que se merecían estar ahí y estaba con la sesanción de bueno si no salgo yo, las que estén ahí que sean dignas merecedoras y la verdad que estaba muy contenta por las que salían, éramos cuatro Marías, sólo salí yo, era cómo digan María hasta que no escuche el apellido voy a estar nerviosa, esperando. Yo tenía a cada lado a Piti y a Paula Sánchez, que fue Corte de Honor al año siguiente y cuando escucharon Tomás, me apretaron las manos como diciendo: ¡Eres tú!. Recuerdo ese pasillo, esa emoción, ese salir y ver a tu comisión saltando de alegría, de ver a mucha gente que se alegra por tí y de escuchar los aplausos y la alegría de las otras que ya habían salido y ver que tu también formas parte de ese sueño, es un momento increible, que ojalá todas las falleras pudieran vivirlo, lamentablemente no es así, porque es precioso el momento que te dicen que formas parte de la Corte de Honor de la Fallera Mayor de Valencia y que has cumplido uno de los sueños falleros que tiene cualquier mujer valenciana.

  1. ¿Consideras que para llegar a ser Falleras Mayores de Valencia se necesita un alto nivel económico?

No lo creo, es cierto que gracias a muchas decisiones en los últimos años se ha intentado como democratizar, hacer un poco accesible a todo el mundo el poder llegar ahí. Creo que las personas no nos debemos de medir por lo que tenemos ni por el valor económico de las cosas, se puede ser Fallera Mayor de una comisión sin un gran desembolso económico y también Corte de Honor, es saber hacer las cosas y programarse un poco y hacer las cosas como uno desea que se hagan. No hay que tirar la casa por la ventana, hay que ir adecuadamente a los sitios, hay que ir adecuada de peluquería, maquillaje, eso siempre es un gasto, pero hay gente que tiene mucha gracia y ella se arregla en casa o tiene familia que es modista por ejemplo o no hace falta llevar ropa de marca para ir bien vestida, simplemente es tener buen gusto. Yo creo que si es cierto que cuando una persona acepta ser Corte de Honor tiene que ser consciente que va a tener que asumir unos gastos, pero también es cierto que hay algunos mitos que dicen que Corte de Honor vale tanto, no, Corte de Honor vale lo que uno se quiera marcar dentro de su presupuesto, sabiendo que hay gastos ineludibles, como regalos recíprocos que se hace entre Fallera Mayor y Corte hasta el gasto de una cena improvisada porque no te da tiempo de ir a tu casa o por ejemplo los padres que van detrás de nosotras y van a Alicante a Burgos, esos son gastos que mucha gente no tiene en cuenta y si es cierto que hay muchos presupuestos para ser Corte de Honor, depende de cada uno, pero no es imprescindible tener un alto nivel económico.


  1. ¿Recuerdas alguna Fallera Mayor de Valencia en su historia, que te marcara? Para ti, ¿Qué requisitos crees que debe cumplir una Fallera Mayor de Valencia?

Antes de ser Corte de Honor, yo era muy pequeñita pero siempre me han hablado de Covachi, Covadonga Balaguer, como una gran Fallera Mayor de Valencia, si que es cierto que cuando alguna vez nos la hemos encontrado, la miras idolatrándola, con los años ha demostrado que sigue siendo igual de fallera y una gran persona, y así que recientemente me haya marcado es Lola Flor, que fue jurado mio de Fallera Mayor de Valencia, me fijo en ellas porque creo que son los requisitos que debe tener una Fallera Mayor y en ellas los veo reflejados y en otras muchas que también hemos podido convivir porque son humildes, sencillas, con ganas de vivir las fallas, un sentimiento de la responsabilidad por lo que están viviendo, ganas de demostrar desde la falla más humilde hasta una falla de especial, que son Falleras Mayores de todos los valencianos porque nunca las he visto cansadas, con una mala cara, siempre con una sonrisa y porque yo creo que una de las cualidades muy buena que tiene que tener una Fallera Mayor de Valencia y Corte de Honor, es que todas somos Corte y Fallera Mayor, que cada año se renueva, es muy importante disfrutar ese año y todo lo que viene después dejando paso a las demás, son las mismas cualidades que puede tener una Corte de Honor, pero con esa varita mágica que les ha tocado y que les toca representar la fiesta y que es mucha responsabilidad porque tienen más ojos, están más en el punto de mira que nosotras y no debe ser tarea fácil ser Fallera Mayor de Valencia, con lo cual sólo por el hecho de ostentar el cargo se merece toda la admiración y respeto porque lo merecen.

  1. Imaginamos que tendrás muchas, ¿Nos cuentas alguna anécdota?

Hubo un día que nosotras lo llamamos el día de los horrores porque nos sucedió de todo, pensábamos que no nos podía pasar nada más. Salimos de casa, aún llevábamos nuestros trajes de valenciana, y Marta se cambió de falda porque se había probado un corpiño y resultó que se había ido con unos zapatos diferentes al traje que llevaba y en el coche nos dijo: “Chicas, me acabo de dar cuenta, llevo unos zapatos que no corresponden al traje”. “No pasa nada, Marta, sólo son los zapatos, nadie se va a dar cuenta” le dijimos. Luego nos fuimos a una falla de la agrupación de Cruz cubierta y Patri Sánchez, que era la otra componente de la Corte que iba en nuestro coche, se le calló toda una Coca Cola en su traje azul clarito, en toda la manteleta, fue todo un drama y no contentos con eso, al siguiente acto que teníamos que ir, estábamos esperando y Piti como era la Fallera Mayor, iba sola en el coche y como nosotras éramos FAMA 4 y estábamos al lado del suyo le dijimos que se pasara al nuestro y que se viniera con nosotras, intentó meterse en el coche sin que nadie se diera cuenta y se enganchó con un volante del traje, se rompió toda la manteleta que estrenaba ese día y dijimos: ¡No puede ser, es el coche maldito!. Pero aún no se acabó, intentando salir del coche casi muero atropellada por un autobús y esa noche acabé malísima, años después por unas pruebas médicas me salió que no puedo abusar de la Coca Cola, y claro pues lo típico que tienes calor, llevas mucho ritmo, me tomé unas cuantas y de repente me puse fatal que fue acabar el acto e irme corriendo a casa. Por eso fue el día de los horrores, nosotras decíamos: “¿Nos puede pasar todo a nosotras?”.

Otra anécdota muy graciosa es que en Julio, ya en preselecciones, que ya estaban eligiendo a las candidatas a Corte de Honor 2011, pues un viernes tuvimos una preselección y llevamos el traje del S. XIX y como hacía bastante calor les preguntamos si al día siguiente podíamos volver a ponernos ese traje en vez del S. XVIII, en un principio nos dijeron que si pero finalmente nos dijeron que no porque ya estaba estipulado en la agenda y teníamos que llevar el traje que nos habían designado y yo como me quedé en los jardines del palau con mis padres, pues no me enteré y el acompañante de ese día que no era el habitual se le olvidó de avisarme, pues al día siguiente me puse el traje del S. XIX, la preselección era en el sector de Marta Parra, Rascanya, y cuando ya estamos casi en casa de Marta para recogerla en Alfahuir, que está al lado, me dice el acompañante: “Bueno, ya veo que habéis hecho lo que os ha dado la gana y os habéis puesto el traje 1” y yo le digo: “No, si ayer dijisteis que teniamos que llevar el traje 1”, y el acompañante: “No, no, no, al final dijimos que el traje 2, ¿A ti no te ha llamado nadie?. A mi no me había llamado nadie y eso que esperamos a que bajaran Marta y Patri, a ver que traje llevaban ellas y efectivamente bajan las dos con el traje del S.XVIII. El pobre Rafa, el acompañante, llamó a todos los coches para confirmar que traje llevaban las demás e iban todas con el 2 menos yo que iba con el 1 y el pobre tuvo que ir de rally desde Alfahuir hasta la calle Quart para que yo me cambiara de traje, pero claro mi domicilio en Valencia era en casa de mi hermana, pero yo vivo en Paterna y no tenía los aderezos, que estaban en mi casa, tuve que llamar a mi madre, vuélvete a Paterna, coge los aderezos, llegar, cambiarme el traje, cambiarme el aderezo, cambiarme las peinetas, quitarme los rodetes, volverme a poner los rodetes. Al final en 20 minutos había ido, me había cambiado y había vuelto. A Piti le dijeron que una de su Corte se había equivocado de traje, yo creo que se imaginaba a mucha gente antes que a mí porque soy bastante organizada

10.¿Cómo fue la experiencia como jurado de la Corte de Honor de la FMV 2014? También sabemos que has sido jurado en varias preselecciones, ¿Cómo es el proceso de elección y en qué os basáis para elegirlas?



Mi experiencia como jurado de Corte de Honor se puede resumir en inmejorable, tuve la suerte de tener cuatro compañeros de jurado enormes, que afortunadamente teníamos el mismo criterio, buscábamos lo mismo en las señoritas y nos pusimos de acuerdo con facilidad, además empezamos a hablar y a compartir opiniones, y eso hace que el proceso sea mucho más agradable. En cuanto a las chicas, conocimos a 73 candidatas muy buenas, fue muy buen grupo y de las trece elegidas, que te voy a decir si las elegí yo, el tiempo nos ha dado la razón pese a las criticas que incluso recibieron ellas mismas y yo creo que ha sido una muy buena Corte, que continúan muy unidas, son un ejemplo a seguir, han tenido una gran capitana como ha sido Carmen Sancho y que sin duda han dejado a Valencia en un lugar muy alto y es con eso con lo que me quedo, el decir acerté, es el peso con el que vivimos cualquier jurado cuando tomamos una decisión y ellas son mi mayor alegría. Sobre el método de elección, cualquier persona que se presente, lo primero que buscamos es que esa persona sea fallera, porque es un año muy intenso, muy bonito, pero duro, es un privilegio y tienen que devolver ese privilegio con su presencia, con sus ganas, con su ilusión y cuando una persona no es fallera se nota, ese es el principal aliciente que tienen que tener y que sean personas educadas, sepan estar, que sepan vestir correctamente, también hay que tener en cuenta que tienen que ser personas que cuando las sienten por ejemplo en Alicante con la corporación municipal tengan tema de conversación, tienen que saber de que hablan, si no saben de ese tema tienen que tener esa capacidad de escapar de esa situación con su mejor sonrisa, debe tener muchas cualidades, también tienes que valorar su conocimiento sobre las fallas, que a lo mejor no es la mejor medida pero es uno de los varemos que tenemos y evidentemente ver como lucen el traje de valenciana, ver como conviven con sus compañeras, eso es muy importante, son trece personas que vienen cada una de su padre y de su madre, son muy diferentes y una de las cosas que se buscan es que hagan grupo ,ver que una persona puede desentonar o causar problemas en el grupo. También que tengan naturalidad, cuando una persona te llama la atención, te iradía con su luz, yo creo que es porque es así. Si son falleras, si lo viven, si son chicas correctas y dispuestas, pueden conseguirlo y estar ahí. 

miércoles, 22 de julio de 2015

ENTREVISTA AMPARO MARÍN Y RAQUEL CASTAÑEDA, FALLERAS MAYORES DE VALENCIA 1981




    34 años han pasado desde vuestro reinado como Falleras Mayores de Valencia, a nivel personal, ¿Que supuso para vosotras?

A: Es un cambio radical, te cambia la vida. Aunque las personas digan que no, que luego sigues, no sigues. Ese momento es una etapa donde se nos puede aplicar una canción de aquel momento de Julio Iglesias “De niña a mujer”. Aunque fuéramos mayores en el fondo eramos unas niñas, tienes tantos actos, no como hoy en día, pero vas creciendo y evolucionando más rápido de lo normal, pasas muy rápido de niña a mujer y tu chip cambia por completo. Si no hubiera sido Fallera Mayor hubiera sido una adolescente más, hubiera seguido mi vida normal y no me hubiera enterado de muchísimas cosas. Fue un cambio muy agradable y bonito.

R: Para mi supuso convertirme en una princesa, era una niña de 10 años y que de repente me hicieran honores de Reina, que me escoltara la policía, que ni mis padres pudieran acompañarme a los actos porque era yo la Fallera Mayor Infantil, para mi fue un auténtico cuento de hadas, fui una verdadera princesa.


    Imagino que tendréis muchas, ¿Nos contáis alguna anécdota?

A: Hubo un día previo a las exaltaciones que quedamos para merendar la madre de Raquel, mi madre y nosotras, fuimos a Santa Catalina, estuvimos tranquilamente y cuando nos fuimos, a la altura de la Plaza del Ayuntamiento vimos que no había demasiada gente pero nosotras íbamos a lo nuestro y entonces se nos acerca un soldado y nos dice: “Por favor, ¿Que hacen ustedes por aquí paseando? Y nosotras : “Pues que nos vamos a casa” Y entonces el soldado nos dice que hay un toque de queda y nosotras nos quedamos con cara de poker, Raquel se le queda mirando con una carita y le dice: “ Somos las Falleras Mayores de Valencia” y el soldado: “¿Y?”, a lo que Raquel, espontánea y un poco preocupada le contesta: “¿Vamos a tener fallas este año?. El pobre soldado que ya estaba bastante asustado con su ametralladora nos dice: “Mira, yo no lo se, pero a mi me han dicho a que a estas horas no puede estar nadie en la calle”. Y nos fuimos a casa pensando que ahora que eramos nosotras las Falleras Mayores iba y había un golpe de estado, esto fue el 23-F y a los días eran nuestras exaltaciones.

R: A mi me contaron las de mi Corte, que yo no recordaba pero me hizo mucha gracia y es que yo iba sola en el coche, no podían ir conmigo y los días de fallas eran muy agotadores, que te levantabas a las seis de la mañana para que te peinaran y un día que yo me iba durmiendo, los de Junta dijeron: “¡Por favor, que vengan niñas con Raquel, que se nos está durmiendo!. Me hizo mucha gracia esa anécdota.

A: Yo me iba cambiando de coche y cuando llegábamos a los sitios me volvía a mi coche y la que estaba en el mio se volvía al suyo, así todas iban como Fallera Mayor, tenían ese protagonismo, les aplaudían y sacaban la mano por la ventanilla y saludaban.

    Amparo, la Crida es uno de los actos más esperados por las Falleras Mayores, ¿Cómo recuerdas ese día y el acto?

Lo recuerdo muy asustada, porque es muchísima responsabilidad, aunque te cuentan las Cridas anteriores. El alcalde tuvo un gran detalle, que no había estado en ninguna exaltación, todo sea dicho de paso, pues me llamó y me dijo: “Mira Amparo, tu tranquila, apréndete el discurso y cuando llegues allí no hagas caso de nada”. La Crida aun era en la parte de atrás de las Torres de Serrano, en la Plaza dels Furs, que estaba llena, hasta las calles adyacentes. Habla el alcalde y entonces empezan pitos, abucheos, huevos, tomates, de todo y yo pensaba: “Mare de déu, i ara vaig jo darrere” y te quedas así mirando diciendo que no vas a ser capaz y él me dice en ese momento: “¿Que te dije yo por teléfono? No hagas caso a nadie” Y entonces me cede la palabra y empiezo a hablar, aunque yo abría la boca pero de ahí no salía nada y entonces él me dice: “A ver Amparo, tranquila, serénate”, me cogió la mano muy cariñosamente y me dijo: “Cuando yo te diga ya, empiezas”, y cuando me lo dijo arranqué me discurso, lo solté todo, luego lloré de los mismos nervios y el alcalde me dijo que lo había hecho perfecto, me dio la enhorabuena y un beso. Cuando bajamos de las torres, tuve otra anécdota y es que yo estaba muy contenta con mis llaves y se acerca una señora y me dice: “Devuélveme las llaves”, y yo: “¿Cómo?, si me las acaba de dar el alcalde” Y entonces me dice que esas llaves son simbólicas, que se devuelven una vez acaba la Crida, pues eso que había un periodista que lo estaba escuchando todo y al día siguiente en le periódico sale: LA FALLERA MAYOR DE VALENCIA HACE LA CRIDA, LE ENTREGAN LA LLAVE Y A CONTINUACIÓN SE LAS QUITAN. Fue a raíz de ese artículo cuando empezaron a dar las llaves, en el 1982 ya les dieron las llaves de la ciudad de Valencia.

    Raquel, siendo tan pequeña, ¿Eras consciente de lo que suponía ser la Fallera Mayor Infantil de Valenia? ¿Conocías realmente la figura de la Fallera Mayor y la Corte?

Realmente yo no era muy consciente, porque yo había vivido en Madrid, si que había sido fallera, mis abuelos eran valencianos, de hecho yo soy valenciana y venía todos los años en fallas, yo había sido Fallera Mayor Infantil de mi falla junto a mi madre y la verdad es que yo no era consciente de la magnitud que suponía serlo y para nada conocía la figura de la Fallera Mayor de Valencia.

    Amparo, ¿Que me puedes decir de tu compañera de viaje, Raquel? ¿Que recuerdos tienes de ella en ese año?

Que eramos las dos unas paquetillas, eramos unas novatas encantadoras. Hubo mucha complicidad, era mirarnos y sabíamos lo que queríamos, tuvimos mucha suerte de llevarnos tan bien, gracias a nuestros padres que congeniaron muchísimo y eso fue muy importante que los padres congeniaran, al igual que se llevaron de bien con el resto de padres.

    Raquel, ¿Que recuerdos te vienen a la mente de Amparo, tu Fallera Mayor, en aquel 1981?

Cuando eres una niña, siendo Fallera Mayor Infantil, tu Fallera Mayor es todo lo que tu quieres ser de mayor, porque yo la veía tan guapa, tan alta, yo la veía y decía: “Quiero ser como ella”. Sólo quería estar con ella, lo que pasa que a veces no me dejaban, Amparo era mi ejemplo a seguir, la quería muchísimo, bueno, a día de hoy la sigo queriendo.


    ¿Creeis que ha cambiado mucho la figura de las Falleras Mayores de Valencia en 34 años? ¿Sabéis de actos que tienen actualmente y vosotras no tuvisteis?

R: Creo que ahora la mayoría de las niñas no tienen espontaneidad y creo que es muy bonito ser Fallera Mayor Infantil y vivirlo disfrutando, que se les note que están disfrutando, porque ahora se las ve tan rígidas, tan puestas que te preguntas si de verdad lo está pasando bien o si está siendo bonito para ella. Yo veo ese cambio respecto a hace años, las veo como muy “maniquís”.

A: Yo creo que habría que hacer una selección de actos, la Fallera Mayor no puede ir a todo, porque no todos los actos son falleros, llega un momento que la imagen de la Fallera Mayor no la estás elevando, la estás bajando, vulgarizando. Creo que es un problema de Junta, de agenda, considero que habría que hacer una selección de a donde se va, y que sean actos falleros o actos de cultura valenciana. Nosotras tuvimos un año de cambios, lo que se hizo el año anterior, en la nueva Junta Central Fallera, dijeron que tenía un olor a una derechona arcaica, entonces quisieron cortar muchos actos, nosotras tuvimos actos puros falleros, como curiosidad es que tuvimos dos ofrendas, el 17 desfilamos las dos y el 18 volvimos a desfilar otra vez las dos.

    Vuestra Corte de Honor, ¿12 amigas para siempre, respectivamente?

A: Lo mejor, hace unos días estuvimos cenando, celebrando el cumpleaños de una de ellas. Para mi en el año 1980, la Feria de Julio me hizo uno de los mejores regalos de mi vida, eramos 13, hemos quedado 8 amigas, nos vemos cada mes y medio, cenamos y nos lo pasamos fenomenal y eso que ha transcurrido muchas décadas y han pasado muchas cosas entre nosotras, no es que nos hayamos enfadado, pero la vida va cambiando y tienes momentos muy buenos y otros de déjalos pasar, pero ahí hemos estado siempre apoyándonos.

R: En mi caso nosotras rompimos la relación, no tuvimos ningún trato, ni yo con ellas ni entre ellas, no por nada, sino porque éramos niñas, no existían los móviles, entonces se rompió la relación y volvimos a recuperarla el año pasado con el 75 aniversario de Junta Central Fallera y fue muy bonito, nos juntamos 8 y era como esas 8 personas con ganas de volvernos a contar las mismas cosas, ahora tenemos un grupo de Whatssap y ya si que tenemos relación entre nosotras.

    Raquel, ¿Cómo viviste el día de tu elección como Fallera Mayor Infantil? ¿Y la proclamación?

El día de mi elección yo estaba en Madrid, me tuvo que traer mi madre a toda leche porque ella me decía que tenía que estar en casa por si me llamaban, que si llamaban y yo no estaba, no sería la Fallera Mayor Infantil de Valencia y cuando llegué me llamaron y con muchísima ilusión. La proclamación tengo pocos recuerdos, no es un acto que recuerde mucho, pero se que Amparo le quitó la silla al alcalde y yo ahí estaba un poco como diciendo: “¿Que es todo esto?”. Entonces la proclamación no era al día siguiente como ahora, a nosotras nos nombraron Falleras Mayores un 21 de noviembre y el 10 de diciembre fue la proclamación.

    Amparo, ¿Cómo viviste el día de tu exaltación y el acto en sí?

Ese día te sientes una Reina, es precioso, es maravilloso, cuando ya tienes la banda, te das la vuelta y saludas desde el escenario, ese momento te das cuenta de que eres la Fallera Mayor de Valencia, es un momento glorioso, de repente te ves con la banda saludando, todo el mundo en pie aplaudiéndote, es impresionante, en la vida se me olvidará. Hay varios momentos muy importantes, una de ellos es la proclamación que es más pequeñito, entrañable y emotivo, la exaltación que estás ya con el pueblo valenciano, con un mantenedor chapó y luego creo que otro momento envidiable para una Fallera Mayor es cuando subes al camarín de la Virgen y la tienes cara a cara, en ese momento quieres que se pare el mundo y no puedes pedir más.

    El espolín Fallera Mayor de Valencia en vuestro año aún no se había establecido, ¿Como eran vuestros trajes que os hicisteis para FFMMV? ¿Consideráis que actualmente se confeccionan demasiados?

A: Yo tenía un traje y medio de valenciana, tenía un traje y una falda negra con un corpiño negro de terciopelo, los trajes me los hizo en su día doña Carmen Ferrer Insa, cuando me nombraron Fallera Mayor le dijo a mi madre que qué me hacían para ese año y le dijo que con lo que tenía y tres más eran suficientes, entonces cogimos tres espolines, que por cierto el que yo quería no lo tuve porque se lo hizo Raquel, yo quería el Reina y me dijeron que lo habían cogido para ella. Yo creo que ahora no se necesitan tantos trajes, habría que pensar en la gente que se quiere vestir y no tienen ni para un traje, entonces con la mitad se tiene más que de sobra, tener trajes que igual casi te lo pones un día, me parece excesivo, no se si es culpa de ellas o de quien lo regala, a mi también me hubiera gustado que me los regalaron, lo único que nos regalaron fue la banda y la joia, nada más, lo demás a toca teja de nuestros padres, si tenías cinco trajes, pues cinco trajes que te has pagado, por lo que pienso que son cosas que Junta Central Fallera debería regular porque en el fondo creo que se está convirtiendo la Fallera Mayor en mercancía, en plan de que le regalan un traje y tiene que estrenarlo en tal día, creo que eso no puede ser, creo que hay que tomar las riendas y decir hasta aquí.

R: Yo tenía un traje y el año de Fallera Mayor Infantil de Valencia me hicieron tres trajes completos y una falda roja con un corpiño negro para la ofrenda, el Reina y otro espolín enguidano que fuimos las primeras en sacarlos, que eran todos del mismo color y pusimos la moda, tuve uno rosa, otro amarillo, azul y la falda roja, eran muy bonitos y creo que quedé muy bien. Ahora no creo que haga falta tanto traje porque parece que la mejor Fallera Mayor es la que tiene más trajes y los más caros, me parece excesivo sobre todo en las niñas.

    ¿Cómo pasasteis de ser “Reinas de Valencia” a volver a vuestras comisiones como unas fallera más? A día de hoy, ¿Cómo vivís las fallas?

    A: Yo pasé a ser otra vez Amparo Marín, estudiante, una chica normal y con el paso de los años me fui a vivir a la Calle Císcar y desde que me fui ahí soy de la falla Císcar-Burriana, para mi es mi falla, disfruto un montón, me visto todos los años, para todo porque me encanta vestirme de valenciana, disfruto mucho. Me cojo vacaciones en fallas y es que tenían que ser fallas siempre fiesta y ponernos un día más porque se me pasa muy rápido.

R: Yo siendo tan pequeña no lo llevé demasiado bien cuando al año siguiente era una fallera más. Después de mi, en mi falla salió Fallera Mayor Infantil de Valencia Mónica Palmer, entonces ella en teoría era la Fallera Mayor saliente de mi falla, Joaquin Costa-Burriana, por lo que fui yo la que tuve que poner todas las bandas a toda la comisión y no guardo un mal recuerdo, pero es como estar en el cielo y de repente volver a la tierra, me sentía nostálgica. Ahora mismo las fallas las vivo desde otra perspectiva, no participo activamente en ellas, pero sigo siendo una enamorada de la fiesta.

sábado, 11 de julio de 2015

ENTREVISTA MARTA QUEROL, FALLERA MAYOR DE VALENCIA 1988





1. Cuéntanos como viviste tanto tu elección de Corte de Honor y más tarde de Fallera Mayor de Valencia.

Con mucha incredulidad y alegría. De la Corte estaba convencida de que no saldría, por dos razones: la primera mi estatura, me veía muy alta para la media que solían elegir aunque tenía el precedente de María José Ariza. Y la segunda porque vestía un corpiño del siglo XVIII y entonces eso era sacrilegio. El jurado fue muy amable, nos hizo sentir cómodas y al final me relajé y pensé que pasara lo que pasara había valido la pena. Y al salir casi me da un infarto. De hecho en lugar de decir mi número dijeron “la del día de hui” y yo que no sabía ni en qué día vivía no me di cuenta de que era mi número. Tuvieron que empujarme para que me levantara y subiera al escenario.
Y una vez en la Corte me relajé. Lo pasé muy bien, las trece disfrutamos muchísimo y la sensación no era de estar “pasando un examen”. Yo no aspiraba a más y eso me facilitó el ser yo misma. Salir elegida me provocó tanta alegría como respeto. Sentí algo de susto por la responsabilidad que suponía y en cierta forma lo viví como si le pasara a otra persona por lo difícil de asimilar.

2. Sandra Leiva es tu Fallera Mayor Infantil, ¿Que recuerdos tienes de ella? ¿Mantenéis el contacto actualmente?

De Sandra recuerdo su sonrisa y sus hoyuelos que le daban su gesto un permanente halo de pilluela simpática, aunque era más buena que el pan. Una niña dulce y con mucha sensatez para su edad.
No mantenemos el contacto y es una pena. En algunas reuniones que hemos hecho entre FMV y FMIV esperaba verla pero sé que ha sido complicado localizarla. Sí sé que se ha convertido en una mujer espléndida y con una carrera profesional de la que puede sentirse muy orgullosa.

3. Y tu Corte de Honor, ¿Que significó para ti?

La Corte de Honro es para la FMV tan importante como puede serlo su familia más cercana. De hecho, se convierten en tu familia durante esos días. Sin su apoyo es muy difícil cumplir bien con tu cometido. Yo estoy orgullosísima de la Corte que tuve, de todas ellas, con sus
buenos y sus malos momentos, porque desde entonces y hasta ahora me han demostrado que, además de haber representado a Valencia de forma inmejorable, son grandísimas personas, amigas de verdad con las que se puede contar. Y al final esto es lo que queda cuando dejamos las bandas en el armario, las personas, así que me siento la más afortunada.

4. ¿Cómo fue la experiencia como mantenedora de la Fallera Mayor Infantil de Valencia 2011, Carmen Monzonís?

Tremenda. Me impuso mucho. Nunca imaginé verme en esa situación y el destino quiso que lo fuera con alguien con quien cuya familia tenía unos lazos de gratitud muy fuertes. Hablar ante un patio de butacas lleno de niños fue un reto, y conseguir emocionar a los trece corazoncitos que me escuchaban en el escenario otro aún más grande. Sabía que Carmen Monzonís no quería que me olvidara de su Corte, es una niña muy afectiva y cariñosa, y me transmitió lo que le gustaba de cada una de sus compañeras. Conocerla y hablar con ella me facilitó mucho las cosas y el reconocimiento que luego recibí de las trece niñas y sus familias son uno de los mejores regalos que guardo en mi corazón.

5. ¿Nos cuentas algunas anécdotas de tu año de reinado?

Ay, son muchas, pero algunas casi no pueden contarse. Recuerdo la vuelta en tren de FITUR, arreglándonos para una presentación sin haber podido pasar por más baño que el del tren. Nos maquillábamos unas a otras y nos vestíamos en el minúsculo baño (entonces a las presentaciones y hasta el día de nuestra exaltación se iba vestida de calle). La gente pensaba que éramos de una compañía de teatro o algo así.
También recuerdo la víspera de mi Exaltación, cuando mi abuela se vino hecha un pincel al Principal pensando que era el día y no paraba de refunfuñar que cómo es que no venía nadie a la Presentación de su nieta. El bueno de Antonio Cortés tuvo que ir al rescate y aclararle que ese día solo había ensayo.
O cuando inauguré la línea de avión Amsterdam-Valencia de KLM y al salir del hotel vestida de valenciana y con la banda de Fallera Mayor de Valencia me gritaron “The queen of Spain!”

6. La proclamación y la exaltación son de los actos más solemnes que tienen las FFMMV, ¿Cómo los viviste?

Entonces, al no haber más televisión que la nacional, eran actos mucho menos conocidos; sobre todo la proclamación. Yo no lo había visto nunca y la solemnidad, la entrada en el Hemiciclo, los timbales y cornetas, me pusieron la carne de gallina. No pude parar de llorar desde que entré.
Y en la Exaltación fue una sensación de irrealidad, de que yo era alguien demasiado normal como para que tanta gente hubiera ido a verme y me dijera tantas cosas. No podía estar pasándome a mí. Lo viví con muchísima emoción y algo de pudor.

7. ¿Consideras que habría que cambiar el sistema de elección de la Corte de Honor y Fallera Mayor?

Los dos sistemas son mejorables, sí. Algo que hemos comentado alguna vez los que hemos sido jurado de Corte es que cuando tienes a la Corte elegida ya sabes mucho de cada candidata y ese mismo jurado con poco esfuerzo adicional podría sacar a la Fallera Mayor de Valencia con unos días centrado solo en las trece elegidas. Y, además, en el jurado de Fallera Mayor de Valencia, sea cual sea el sistema, creo que siempre debería haber al menos una FMV ya que en realidad somos las únicas que sabemos bien a qué se van a tener que enfrentar, en qué consiste y que esfuerzo supone.

8. ¿Te dio vértigo ser la máxima representante fallera? ¿Cómo afrontaste el cargo?

Mucho, ya lo he comentado antes. Lo afronté con mucho respeto. Tengo un sentido de la responsabilidad un tanto exagerado y me entregué al cien por cien a pesar de no pasar por buenos momentos de salud. Lo primero era cumplir bien con mi papel aunque hubo alguna noche en la que me mandaron a casa antes de lo que me hubiera gustado por la fiebre al no tener acto oficial y tratarse solo de visitas a casales. Pero aun así me dio mucha rabia.

9. ¿Con qué te quedas de tu año de Fallera Mayor de Valencia?

Con el cariño y respeto de los fallero y valencianos que aún hoy siento, con algunas de las personas que conocí y, sobre todo y ante todo, con doce amigas muy especiales con las que, pase el tiempo que pase, siempre me siento en familia y a las que me unió esta fiesta maravillosa.

10. ¿Cómo vives actualmente las fallas? ¿Participas activamente en ellas?

Las vivo pero más como “madre de falleras” que en primera persona, aunque cuando me han pedido que participe en alguna actividad de mi falla o de otras siempre he aceptado.