sábado, 11 de julio de 2015

ENTREVISTA MARTA QUEROL, FALLERA MAYOR DE VALENCIA 1988





1. Cuéntanos como viviste tanto tu elección de Corte de Honor y más tarde de Fallera Mayor de Valencia.

Con mucha incredulidad y alegría. De la Corte estaba convencida de que no saldría, por dos razones: la primera mi estatura, me veía muy alta para la media que solían elegir aunque tenía el precedente de María José Ariza. Y la segunda porque vestía un corpiño del siglo XVIII y entonces eso era sacrilegio. El jurado fue muy amable, nos hizo sentir cómodas y al final me relajé y pensé que pasara lo que pasara había valido la pena. Y al salir casi me da un infarto. De hecho en lugar de decir mi número dijeron “la del día de hui” y yo que no sabía ni en qué día vivía no me di cuenta de que era mi número. Tuvieron que empujarme para que me levantara y subiera al escenario.
Y una vez en la Corte me relajé. Lo pasé muy bien, las trece disfrutamos muchísimo y la sensación no era de estar “pasando un examen”. Yo no aspiraba a más y eso me facilitó el ser yo misma. Salir elegida me provocó tanta alegría como respeto. Sentí algo de susto por la responsabilidad que suponía y en cierta forma lo viví como si le pasara a otra persona por lo difícil de asimilar.

2. Sandra Leiva es tu Fallera Mayor Infantil, ¿Que recuerdos tienes de ella? ¿Mantenéis el contacto actualmente?

De Sandra recuerdo su sonrisa y sus hoyuelos que le daban su gesto un permanente halo de pilluela simpática, aunque era más buena que el pan. Una niña dulce y con mucha sensatez para su edad.
No mantenemos el contacto y es una pena. En algunas reuniones que hemos hecho entre FMV y FMIV esperaba verla pero sé que ha sido complicado localizarla. Sí sé que se ha convertido en una mujer espléndida y con una carrera profesional de la que puede sentirse muy orgullosa.

3. Y tu Corte de Honor, ¿Que significó para ti?

La Corte de Honro es para la FMV tan importante como puede serlo su familia más cercana. De hecho, se convierten en tu familia durante esos días. Sin su apoyo es muy difícil cumplir bien con tu cometido. Yo estoy orgullosísima de la Corte que tuve, de todas ellas, con sus
buenos y sus malos momentos, porque desde entonces y hasta ahora me han demostrado que, además de haber representado a Valencia de forma inmejorable, son grandísimas personas, amigas de verdad con las que se puede contar. Y al final esto es lo que queda cuando dejamos las bandas en el armario, las personas, así que me siento la más afortunada.

4. ¿Cómo fue la experiencia como mantenedora de la Fallera Mayor Infantil de Valencia 2011, Carmen Monzonís?

Tremenda. Me impuso mucho. Nunca imaginé verme en esa situación y el destino quiso que lo fuera con alguien con quien cuya familia tenía unos lazos de gratitud muy fuertes. Hablar ante un patio de butacas lleno de niños fue un reto, y conseguir emocionar a los trece corazoncitos que me escuchaban en el escenario otro aún más grande. Sabía que Carmen Monzonís no quería que me olvidara de su Corte, es una niña muy afectiva y cariñosa, y me transmitió lo que le gustaba de cada una de sus compañeras. Conocerla y hablar con ella me facilitó mucho las cosas y el reconocimiento que luego recibí de las trece niñas y sus familias son uno de los mejores regalos que guardo en mi corazón.

5. ¿Nos cuentas algunas anécdotas de tu año de reinado?

Ay, son muchas, pero algunas casi no pueden contarse. Recuerdo la vuelta en tren de FITUR, arreglándonos para una presentación sin haber podido pasar por más baño que el del tren. Nos maquillábamos unas a otras y nos vestíamos en el minúsculo baño (entonces a las presentaciones y hasta el día de nuestra exaltación se iba vestida de calle). La gente pensaba que éramos de una compañía de teatro o algo así.
También recuerdo la víspera de mi Exaltación, cuando mi abuela se vino hecha un pincel al Principal pensando que era el día y no paraba de refunfuñar que cómo es que no venía nadie a la Presentación de su nieta. El bueno de Antonio Cortés tuvo que ir al rescate y aclararle que ese día solo había ensayo.
O cuando inauguré la línea de avión Amsterdam-Valencia de KLM y al salir del hotel vestida de valenciana y con la banda de Fallera Mayor de Valencia me gritaron “The queen of Spain!”

6. La proclamación y la exaltación son de los actos más solemnes que tienen las FFMMV, ¿Cómo los viviste?

Entonces, al no haber más televisión que la nacional, eran actos mucho menos conocidos; sobre todo la proclamación. Yo no lo había visto nunca y la solemnidad, la entrada en el Hemiciclo, los timbales y cornetas, me pusieron la carne de gallina. No pude parar de llorar desde que entré.
Y en la Exaltación fue una sensación de irrealidad, de que yo era alguien demasiado normal como para que tanta gente hubiera ido a verme y me dijera tantas cosas. No podía estar pasándome a mí. Lo viví con muchísima emoción y algo de pudor.

7. ¿Consideras que habría que cambiar el sistema de elección de la Corte de Honor y Fallera Mayor?

Los dos sistemas son mejorables, sí. Algo que hemos comentado alguna vez los que hemos sido jurado de Corte es que cuando tienes a la Corte elegida ya sabes mucho de cada candidata y ese mismo jurado con poco esfuerzo adicional podría sacar a la Fallera Mayor de Valencia con unos días centrado solo en las trece elegidas. Y, además, en el jurado de Fallera Mayor de Valencia, sea cual sea el sistema, creo que siempre debería haber al menos una FMV ya que en realidad somos las únicas que sabemos bien a qué se van a tener que enfrentar, en qué consiste y que esfuerzo supone.

8. ¿Te dio vértigo ser la máxima representante fallera? ¿Cómo afrontaste el cargo?

Mucho, ya lo he comentado antes. Lo afronté con mucho respeto. Tengo un sentido de la responsabilidad un tanto exagerado y me entregué al cien por cien a pesar de no pasar por buenos momentos de salud. Lo primero era cumplir bien con mi papel aunque hubo alguna noche en la que me mandaron a casa antes de lo que me hubiera gustado por la fiebre al no tener acto oficial y tratarse solo de visitas a casales. Pero aun así me dio mucha rabia.

9. ¿Con qué te quedas de tu año de Fallera Mayor de Valencia?

Con el cariño y respeto de los fallero y valencianos que aún hoy siento, con algunas de las personas que conocí y, sobre todo y ante todo, con doce amigas muy especiales con las que, pase el tiempo que pase, siempre me siento en familia y a las que me unió esta fiesta maravillosa.

10. ¿Cómo vives actualmente las fallas? ¿Participas activamente en ellas?

Las vivo pero más como “madre de falleras” que en primera persona, aunque cuando me han pedido que participe en alguna actividad de mi falla o de otras siempre he aceptado.

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