miércoles, 22 de julio de 2015

ENTREVISTA AMPARO MARÍN Y RAQUEL CASTAÑEDA, FALLERAS MAYORES DE VALENCIA 1981




    34 años han pasado desde vuestro reinado como Falleras Mayores de Valencia, a nivel personal, ¿Que supuso para vosotras?

A: Es un cambio radical, te cambia la vida. Aunque las personas digan que no, que luego sigues, no sigues. Ese momento es una etapa donde se nos puede aplicar una canción de aquel momento de Julio Iglesias “De niña a mujer”. Aunque fuéramos mayores en el fondo eramos unas niñas, tienes tantos actos, no como hoy en día, pero vas creciendo y evolucionando más rápido de lo normal, pasas muy rápido de niña a mujer y tu chip cambia por completo. Si no hubiera sido Fallera Mayor hubiera sido una adolescente más, hubiera seguido mi vida normal y no me hubiera enterado de muchísimas cosas. Fue un cambio muy agradable y bonito.

R: Para mi supuso convertirme en una princesa, era una niña de 10 años y que de repente me hicieran honores de Reina, que me escoltara la policía, que ni mis padres pudieran acompañarme a los actos porque era yo la Fallera Mayor Infantil, para mi fue un auténtico cuento de hadas, fui una verdadera princesa.


    Imagino que tendréis muchas, ¿Nos contáis alguna anécdota?

A: Hubo un día previo a las exaltaciones que quedamos para merendar la madre de Raquel, mi madre y nosotras, fuimos a Santa Catalina, estuvimos tranquilamente y cuando nos fuimos, a la altura de la Plaza del Ayuntamiento vimos que no había demasiada gente pero nosotras íbamos a lo nuestro y entonces se nos acerca un soldado y nos dice: “Por favor, ¿Que hacen ustedes por aquí paseando? Y nosotras : “Pues que nos vamos a casa” Y entonces el soldado nos dice que hay un toque de queda y nosotras nos quedamos con cara de poker, Raquel se le queda mirando con una carita y le dice: “ Somos las Falleras Mayores de Valencia” y el soldado: “¿Y?”, a lo que Raquel, espontánea y un poco preocupada le contesta: “¿Vamos a tener fallas este año?. El pobre soldado que ya estaba bastante asustado con su ametralladora nos dice: “Mira, yo no lo se, pero a mi me han dicho a que a estas horas no puede estar nadie en la calle”. Y nos fuimos a casa pensando que ahora que eramos nosotras las Falleras Mayores iba y había un golpe de estado, esto fue el 23-F y a los días eran nuestras exaltaciones.

R: A mi me contaron las de mi Corte, que yo no recordaba pero me hizo mucha gracia y es que yo iba sola en el coche, no podían ir conmigo y los días de fallas eran muy agotadores, que te levantabas a las seis de la mañana para que te peinaran y un día que yo me iba durmiendo, los de Junta dijeron: “¡Por favor, que vengan niñas con Raquel, que se nos está durmiendo!. Me hizo mucha gracia esa anécdota.

A: Yo me iba cambiando de coche y cuando llegábamos a los sitios me volvía a mi coche y la que estaba en el mio se volvía al suyo, así todas iban como Fallera Mayor, tenían ese protagonismo, les aplaudían y sacaban la mano por la ventanilla y saludaban.

    Amparo, la Crida es uno de los actos más esperados por las Falleras Mayores, ¿Cómo recuerdas ese día y el acto?

Lo recuerdo muy asustada, porque es muchísima responsabilidad, aunque te cuentan las Cridas anteriores. El alcalde tuvo un gran detalle, que no había estado en ninguna exaltación, todo sea dicho de paso, pues me llamó y me dijo: “Mira Amparo, tu tranquila, apréndete el discurso y cuando llegues allí no hagas caso de nada”. La Crida aun era en la parte de atrás de las Torres de Serrano, en la Plaza dels Furs, que estaba llena, hasta las calles adyacentes. Habla el alcalde y entonces empezan pitos, abucheos, huevos, tomates, de todo y yo pensaba: “Mare de déu, i ara vaig jo darrere” y te quedas así mirando diciendo que no vas a ser capaz y él me dice en ese momento: “¿Que te dije yo por teléfono? No hagas caso a nadie” Y entonces me cede la palabra y empiezo a hablar, aunque yo abría la boca pero de ahí no salía nada y entonces él me dice: “A ver Amparo, tranquila, serénate”, me cogió la mano muy cariñosamente y me dijo: “Cuando yo te diga ya, empiezas”, y cuando me lo dijo arranqué me discurso, lo solté todo, luego lloré de los mismos nervios y el alcalde me dijo que lo había hecho perfecto, me dio la enhorabuena y un beso. Cuando bajamos de las torres, tuve otra anécdota y es que yo estaba muy contenta con mis llaves y se acerca una señora y me dice: “Devuélveme las llaves”, y yo: “¿Cómo?, si me las acaba de dar el alcalde” Y entonces me dice que esas llaves son simbólicas, que se devuelven una vez acaba la Crida, pues eso que había un periodista que lo estaba escuchando todo y al día siguiente en le periódico sale: LA FALLERA MAYOR DE VALENCIA HACE LA CRIDA, LE ENTREGAN LA LLAVE Y A CONTINUACIÓN SE LAS QUITAN. Fue a raíz de ese artículo cuando empezaron a dar las llaves, en el 1982 ya les dieron las llaves de la ciudad de Valencia.

    Raquel, siendo tan pequeña, ¿Eras consciente de lo que suponía ser la Fallera Mayor Infantil de Valenia? ¿Conocías realmente la figura de la Fallera Mayor y la Corte?

Realmente yo no era muy consciente, porque yo había vivido en Madrid, si que había sido fallera, mis abuelos eran valencianos, de hecho yo soy valenciana y venía todos los años en fallas, yo había sido Fallera Mayor Infantil de mi falla junto a mi madre y la verdad es que yo no era consciente de la magnitud que suponía serlo y para nada conocía la figura de la Fallera Mayor de Valencia.

    Amparo, ¿Que me puedes decir de tu compañera de viaje, Raquel? ¿Que recuerdos tienes de ella en ese año?

Que eramos las dos unas paquetillas, eramos unas novatas encantadoras. Hubo mucha complicidad, era mirarnos y sabíamos lo que queríamos, tuvimos mucha suerte de llevarnos tan bien, gracias a nuestros padres que congeniaron muchísimo y eso fue muy importante que los padres congeniaran, al igual que se llevaron de bien con el resto de padres.

    Raquel, ¿Que recuerdos te vienen a la mente de Amparo, tu Fallera Mayor, en aquel 1981?

Cuando eres una niña, siendo Fallera Mayor Infantil, tu Fallera Mayor es todo lo que tu quieres ser de mayor, porque yo la veía tan guapa, tan alta, yo la veía y decía: “Quiero ser como ella”. Sólo quería estar con ella, lo que pasa que a veces no me dejaban, Amparo era mi ejemplo a seguir, la quería muchísimo, bueno, a día de hoy la sigo queriendo.


    ¿Creeis que ha cambiado mucho la figura de las Falleras Mayores de Valencia en 34 años? ¿Sabéis de actos que tienen actualmente y vosotras no tuvisteis?

R: Creo que ahora la mayoría de las niñas no tienen espontaneidad y creo que es muy bonito ser Fallera Mayor Infantil y vivirlo disfrutando, que se les note que están disfrutando, porque ahora se las ve tan rígidas, tan puestas que te preguntas si de verdad lo está pasando bien o si está siendo bonito para ella. Yo veo ese cambio respecto a hace años, las veo como muy “maniquís”.

A: Yo creo que habría que hacer una selección de actos, la Fallera Mayor no puede ir a todo, porque no todos los actos son falleros, llega un momento que la imagen de la Fallera Mayor no la estás elevando, la estás bajando, vulgarizando. Creo que es un problema de Junta, de agenda, considero que habría que hacer una selección de a donde se va, y que sean actos falleros o actos de cultura valenciana. Nosotras tuvimos un año de cambios, lo que se hizo el año anterior, en la nueva Junta Central Fallera, dijeron que tenía un olor a una derechona arcaica, entonces quisieron cortar muchos actos, nosotras tuvimos actos puros falleros, como curiosidad es que tuvimos dos ofrendas, el 17 desfilamos las dos y el 18 volvimos a desfilar otra vez las dos.

    Vuestra Corte de Honor, ¿12 amigas para siempre, respectivamente?

A: Lo mejor, hace unos días estuvimos cenando, celebrando el cumpleaños de una de ellas. Para mi en el año 1980, la Feria de Julio me hizo uno de los mejores regalos de mi vida, eramos 13, hemos quedado 8 amigas, nos vemos cada mes y medio, cenamos y nos lo pasamos fenomenal y eso que ha transcurrido muchas décadas y han pasado muchas cosas entre nosotras, no es que nos hayamos enfadado, pero la vida va cambiando y tienes momentos muy buenos y otros de déjalos pasar, pero ahí hemos estado siempre apoyándonos.

R: En mi caso nosotras rompimos la relación, no tuvimos ningún trato, ni yo con ellas ni entre ellas, no por nada, sino porque éramos niñas, no existían los móviles, entonces se rompió la relación y volvimos a recuperarla el año pasado con el 75 aniversario de Junta Central Fallera y fue muy bonito, nos juntamos 8 y era como esas 8 personas con ganas de volvernos a contar las mismas cosas, ahora tenemos un grupo de Whatssap y ya si que tenemos relación entre nosotras.

    Raquel, ¿Cómo viviste el día de tu elección como Fallera Mayor Infantil? ¿Y la proclamación?

El día de mi elección yo estaba en Madrid, me tuvo que traer mi madre a toda leche porque ella me decía que tenía que estar en casa por si me llamaban, que si llamaban y yo no estaba, no sería la Fallera Mayor Infantil de Valencia y cuando llegué me llamaron y con muchísima ilusión. La proclamación tengo pocos recuerdos, no es un acto que recuerde mucho, pero se que Amparo le quitó la silla al alcalde y yo ahí estaba un poco como diciendo: “¿Que es todo esto?”. Entonces la proclamación no era al día siguiente como ahora, a nosotras nos nombraron Falleras Mayores un 21 de noviembre y el 10 de diciembre fue la proclamación.

    Amparo, ¿Cómo viviste el día de tu exaltación y el acto en sí?

Ese día te sientes una Reina, es precioso, es maravilloso, cuando ya tienes la banda, te das la vuelta y saludas desde el escenario, ese momento te das cuenta de que eres la Fallera Mayor de Valencia, es un momento glorioso, de repente te ves con la banda saludando, todo el mundo en pie aplaudiéndote, es impresionante, en la vida se me olvidará. Hay varios momentos muy importantes, una de ellos es la proclamación que es más pequeñito, entrañable y emotivo, la exaltación que estás ya con el pueblo valenciano, con un mantenedor chapó y luego creo que otro momento envidiable para una Fallera Mayor es cuando subes al camarín de la Virgen y la tienes cara a cara, en ese momento quieres que se pare el mundo y no puedes pedir más.

    El espolín Fallera Mayor de Valencia en vuestro año aún no se había establecido, ¿Como eran vuestros trajes que os hicisteis para FFMMV? ¿Consideráis que actualmente se confeccionan demasiados?

A: Yo tenía un traje y medio de valenciana, tenía un traje y una falda negra con un corpiño negro de terciopelo, los trajes me los hizo en su día doña Carmen Ferrer Insa, cuando me nombraron Fallera Mayor le dijo a mi madre que qué me hacían para ese año y le dijo que con lo que tenía y tres más eran suficientes, entonces cogimos tres espolines, que por cierto el que yo quería no lo tuve porque se lo hizo Raquel, yo quería el Reina y me dijeron que lo habían cogido para ella. Yo creo que ahora no se necesitan tantos trajes, habría que pensar en la gente que se quiere vestir y no tienen ni para un traje, entonces con la mitad se tiene más que de sobra, tener trajes que igual casi te lo pones un día, me parece excesivo, no se si es culpa de ellas o de quien lo regala, a mi también me hubiera gustado que me los regalaron, lo único que nos regalaron fue la banda y la joia, nada más, lo demás a toca teja de nuestros padres, si tenías cinco trajes, pues cinco trajes que te has pagado, por lo que pienso que son cosas que Junta Central Fallera debería regular porque en el fondo creo que se está convirtiendo la Fallera Mayor en mercancía, en plan de que le regalan un traje y tiene que estrenarlo en tal día, creo que eso no puede ser, creo que hay que tomar las riendas y decir hasta aquí.

R: Yo tenía un traje y el año de Fallera Mayor Infantil de Valencia me hicieron tres trajes completos y una falda roja con un corpiño negro para la ofrenda, el Reina y otro espolín enguidano que fuimos las primeras en sacarlos, que eran todos del mismo color y pusimos la moda, tuve uno rosa, otro amarillo, azul y la falda roja, eran muy bonitos y creo que quedé muy bien. Ahora no creo que haga falta tanto traje porque parece que la mejor Fallera Mayor es la que tiene más trajes y los más caros, me parece excesivo sobre todo en las niñas.

    ¿Cómo pasasteis de ser “Reinas de Valencia” a volver a vuestras comisiones como unas fallera más? A día de hoy, ¿Cómo vivís las fallas?

    A: Yo pasé a ser otra vez Amparo Marín, estudiante, una chica normal y con el paso de los años me fui a vivir a la Calle Císcar y desde que me fui ahí soy de la falla Císcar-Burriana, para mi es mi falla, disfruto un montón, me visto todos los años, para todo porque me encanta vestirme de valenciana, disfruto mucho. Me cojo vacaciones en fallas y es que tenían que ser fallas siempre fiesta y ponernos un día más porque se me pasa muy rápido.

R: Yo siendo tan pequeña no lo llevé demasiado bien cuando al año siguiente era una fallera más. Después de mi, en mi falla salió Fallera Mayor Infantil de Valencia Mónica Palmer, entonces ella en teoría era la Fallera Mayor saliente de mi falla, Joaquin Costa-Burriana, por lo que fui yo la que tuve que poner todas las bandas a toda la comisión y no guardo un mal recuerdo, pero es como estar en el cielo y de repente volver a la tierra, me sentía nostálgica. Ahora mismo las fallas las vivo desde otra perspectiva, no participo activamente en ellas, pero sigo siendo una enamorada de la fiesta.

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