- Natalia, ¿Cómo fue vivir las fallas de 1997 desde un lugar privilegiado como es el de Fallera Mayor Infantil de Valencia?
Ese
año fue mágico, para mi inolvidable, cada día era una autentica
sorpresa, ademas con tan solo 11 años, vives en una nube donde solo
haces que soñar con todo lo que estas viviendo. Desde la llamada de
la alcaldesa, son 365 días intensos, llenos de amor por el mundo
fallero.
- Imaginamos que el apoyo familiar es fundamental y más para una niña, ¿Cómo fue vivirlo junto a los tuyos?
Sin
el apoyo de la familia es imposible que todo hubiera sido perfecto,
ellos fueron para mi, mi fuerza incondicional. Gracias a mis padres
acudía impecable a todos los actos así como gracias a ellos que
hicieron que viviera un autentico cuento de hadas.
- ¿Que recuerdos (materiales) conservas de tu año de Fallera Mayor Infantil?
Pues
la verdad que tengo la llave de la ciudad de Valencia, algo que a día
de hoy suelo mirar con facilidad y aun me sigue alucinando, conservo
el cuadro de mi nombramiento, conservo mi Senyera de mi exaltación,
regalos especiales de mi familia y conservo todos los periódicos,
revistas en las que yo he salido como Fallera Mayor Infantil y por no decir los 14
libros de fotos y 7 DVD de ese año. Son tantas cosas...
- ¿Cómo viviste el mágico acto de la proclamación? ¿Y la exaltación?
¿Sabes
que pasa? Que fui una niña que todo lo vivió muy intensamente, me
fijaba muchísimo en todo y todo me gustaba. Pero esos días se
recuerdan de una manera muy especial, el nombramiento fue
alucinante, esa llamada a mi casa de la Alcaldesa, mi familia
saltando de felicidad, mi casa llena de periodistas, mis amigos, mi
falla... fue impresionante.
Y
la exaltación la recuerdo con un poco mas de calma interior quizá
por la experiencia que tenia de llevar varios meses como Fallera
Mayor Infantil de Valencia, aun así fue perfecto, desde que me
desperté hasta que cerré los ojos y recordaba todo lo que acaba de
ocurrirme. Me daba mucha pena.
- ¿Cómo fue la relación con tu Corte de Honor? A día de hoy, ¿Seguís manteniendo el contacto?
Mi
Corte de Honor me encantó, fuimos unas niñas muy divertidas, unidas
y sobretodo muy bailarinas (Se ríe). A todas las visitas de fallas
acabábamos bailando las Space Girls (Se ríe). Actualmente tenemos
nuestro grupo de Whatsshap en el que nos ponemos al día con todas
nuestra novedades y organizamos nuestras quedadas. Ellas fueron una
gran parte culpables de que ese año fuera inolvidable.
- Sandra Climent es tu Fallera Mayor, ¿Cómo viviste tu año junto a ella?
Sandra
Climent es única , pedazo de Fallera Mayor de Valencia y que gran
equipo formamos juntas. Tenemos tantas anécdotas, recuerdos y
vivencias que es algo que sólo ella y yo al mirarnos sabemos todo
lo que significo estar juntas ella y yo.
- ¿Algún momento de tu reinado difícil de olvidar? Cuéntanos alguna anécdota.
Anécdotas
muchas pero esta seré incapaz de olvidarla.... día de mi
nombramiento, ya en el coche oficial camino al Ayuntamiento a tres
calles de llegar a la puerta principal y junto a mi, Alfonso Grau,
se me cayó un diente, nos tocó parar a toda la comitiva para bajar
a un restaurante. Imagínate que llegamos como 15 minutos tarde, que
nervios ese día y que estrés. (Se ríe)- ¿Cómo viviste los actos celebrados en el 75 aniversario de JCF?
La
verdad que a mi me hicieron volver a muchos momentos de aquel 1997.
Han
sido actos muy elaborados, con un equipo de trabajo impresionante y
sobretodo volver a vivir la ofrenda con mi banda de Fallera Mayor
Infantil de Valencia. Solo tengo palabras de agradecimiento. Ya
tengo ganas de que sea el próximo aniversario.
- Natalia, ¿Fiesta o monumento?
Monumento
por supuesto, aunque también la fiesta forma parte de nuestro mundo
de fallas porque tenemos nuestros momentos de diversión y de risas.
Creo que estoy a favor de ambas cosas, todo en su medida es bueno.
- A día de hoy, ¿Sigues participando activamente en el mundo de las fallas?
Soy
fallera 30 años de la misma comisión, amo las fallas y adoro todos
los actos que conllevan un ejercicio fallero. Para mi seria
imposible vivir sin ser fallera.
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