miércoles, 22 de abril de 2015

ENTREVISTA OMAIRA LÓPEZ, CORTE DE HONOR 1986-97




  1. Eres de las afortunadas que ha experimentado dos veces el pertenecer a la Corte de Honor. ¿Cómo lo viviste siendo de la Corte Infantil y años más tarde de la Corte Mayor?

Puedo decir que soy afortunada y privilegiada porque vivir esa experiencia en dos ocasiones tanto de pequeña como de mayor es todo un orgullo. De pequeñita era muy pequeñita, tenía ocho años y tengo los recuerdos más importantes porque claro cuando eras tan chiquitina... De hecho, era la peque de la Corte, pero me acuerdo perfectamente del día que me eligieron, del día de la llamada, del día de la exaltación, que fue en el Teatro Principal y fue una experiencia muy bonita y lo recuerdo muy divertido, me acuerdo que me lo pasaba muy bien en todos los sitios y luego de mayor ya lo vives de otra manera, en mi caso, tuve la suerte de tener a doce amigas, hoy en día seguimos todas en contacto y fue inolvidable, cada sitio donde íbamos, cada acto... Eramos una Corte muy falleras, entonces lo disfrutábamos todo, cada cosita lo exprimíamos al máximo y claro, desde otra perspectiva que una niña y volvería a repetir ya con las mismas doce.

  1. ¿En los dos casos fuiste de las que optaban al cargo de FMIV/FMV?

Si, porque pienso que una mujer que se siente valenciana y fallera, para ella lo máximo es llegar a ser Fallera Mayor de Valencia y quien diga que no, está mintiendo, entonces hay varias cuestiones a valorar de las que yo no voy a entrar, pero vamos, en las dos ocasiones si que me hubiera gustado ser Fallera Mayor de Valencia, pero no lo fui y estoy encantada igualmente.

  1. ¿Cómo es tu relación con tus compañeras del 86 y del 97? ¿Y con tus respectivas FFMMV?

Pues con las nenas, con la Corte Infantil, éramos muy pequeñas y otros tiempos, hace muchos años y la relación no te unías tanto, pero ahora de mayores con esto del Whatssap nos hemos vuelto a reencontrar, tenemos un grupo que estamos todas las de la Corte Infantil y con nuestra Fallera Mayor Infantil, no hemos vuelto a quedar, lo hemos intentado pero claro casi todas son mamás, con nenes y cuesta mucho, pero si que nos hablamos bastante y justamente nos hemos felicitado las fallas por si no hablablamos, osea que bien y tengo muchas ganas de que se produzca ese encuentro y ver como están y con las mayores me veo un montón, tenemos una buenísima relación todas, de hecho hace unas semanas quedamos a tomar un café, siempre hacemos quedadas y vamos las que podemos, pleno es difícil porque tenemos una viviendo en Barcelona y está complicado cuando viene ella, pero si intentamos quedar varias veces al año y vernos y ponernos al día de nuestras familias y todo. Con las Falleras Mayores, mis dos Falleras Mayores de Valencia pues fenomenal, Sandrita es un encanto, ¿Que te puedo decir de ella? Siempre está pendiente de todo, igual no hablamos continuamente pero cuando pasa algo la tienes al teléfono preguntando como estás y hay una buenísima relación y con Patricia también, la verdad que con esto del Whatssap nos hemos vuelto a reencontrar, el verano pasado me la encontré una noche tomando algo y me hizo muchísima ilusión y ahora recuperando también esa relación de hace muchos años.

  1. Imaginamos que tendrás anécdotas, ¿Nos cuentas alguna de los dos años?

De pequeñita tengo una que recuerdo muy graciosa y es que mi madre no sabia peinar de fallera, a mi venia una señora a peinar a casa, que era la señora que me hacía los trajes, que es como si fuera de la familia, la quiero un montón y ella venia todos los días a casa a peinarme, me ponía la película de Super Man y yo que me quedaba viendo la película, ella me peinaba y yo no me quejaba nunca porque me encantaba ser fallera y entonces hubo un día de la semana fallera que mi madre le dijo: “Carmen no vengas mañana, la niña que duerma con los moños, como a ella le da igual, que duerma con los moños que no hay ningún problema”. Pues yo llego a casa y lo primero que hago es quitarme los moños de los lados y la chica que nos cuidaba cuando mis padres estaban trabajando me dijo: ¡Omaira los moños, que te has quitado los moños! Y al día siguiente me los hizo mi madre, que no sabía peinar, y en mitad de un acto, en el escenario, mis rodetes hicieron rururururru, se cayeron y los acompañantes de Junta Central Fallera como buenamente pudieron me los pusieron, en aquel entonces no habían mujeres, eran todo hombres, y ellos me pusieron los rodetes como pudieron, lo recuerdo con mucha vergüenza y eso que era muy pequeñita. Y luego de mayor, siempre cuento la misma anécdota porque fue muy gracioso, el día de la recogida de premios, estábamos todas en la tribuna, ya son muchos días, estas muy cansada y vas de un lado para otro corriendo, pues Moni, una compañera se quitó los zapatos y los tenía puestos a pie de tribuna, pues pasa una Fallera Mayor y con la falda se lleva los zapatos de Moni, aquella cuando se da cuenta de que no tiene los zapatos, Félix Crespo, el pobre, corriendo falla por falla de las que acababan de pasar, buscando los zapatos de Mónica y los encontró, encontró los zapatos, fue graciocisimo.

  1. De los tantísimos actos a los que asististeis, ¿Con cual te quedas?

Me quedo con muchísimos actos, me quedo con el cariño de la gente, porque yo alucino como siendo de la Corte la gente se acuerda de ti, se fija en ti, ese año la gente te tiene mucho cariño y te lo demuestra y con el paso de los años, a día de hoy, se siguen acordando de mi, y la verdad que me hace mucha ilusión. Un acto impactante para mi es la Crida, además de pequeñita no tuve la oportunidad porque las infantiles no íbamos, se hacía en la otra parte de la torres y para mi la Crida fue realmente impactante y el momento de subir al escenario en el Palau de la Música también.


  1. ¿Cómo fue la experiencia como jurado de Corte de Honor?

Increíble, increíble. Yo había sido jurado de sector en algunas ocasiones y ser jurado de Corte de Honor era como una espinita que tenía, porque yo quería ver como era todo por dentro, tuve la suerte de contar con unos compañeros magníficos, las candidatas, hubiéramos sacado tres Cortes, fue una experiencia inolvidable tanto para las candidatas como para nosotros porque lo intentamos hacer todo muy ameno, muy de tu a tu. El último día que estuvimos con las candidatas acabamos tanto ellas como nosotros llorando, de lo bonita que había sido la experiencia y luego me siento muy orgullosa de haber estado, de haberlo vivido y de haber sacado la Corte que saqué, que a día de hoy seguimos en contacto los miembros del jurado con la Corte y la verdad que lo recomiendo a todo el mundo. Tengo que decir, que adelgacé un montón porque no dormía, al ser jurado de las mayores, hacíamos las pruebas a partir de las ocho de la tarde hasta las tres de la mañana, al día siguiente a trabajar, pero valió la pena.

  1. Tuviste la oportunidad de presentar la elección de la Corte de Honor 2011. ¿Cómo fue esa experiencia?

Me puedo considerar muy privilegiada porque he podido vivir el mundo de las fallas desde muchas perspectivas, como fallera de mi comisión, como Fallera Mayor, como Corte de Honor y luego como periodista y como parte del jurado de Corte de Honor, entonces eso para mi a nivel profesional fue increíble porque estar ante seis mil personas en un acto tan importante, que genera tanta expectación y encima habiendo pasado yo por ese escenario y sabiendo lo que están sintiendo cada una de las candidatas, para mi fue muy emocionante y lo haría ya otra vez encantada, como si me quieren llamar todos los años, porque los disfruté un montón.

  1. ¿Que opinas sobre el método de elección tanto de la Corte de Honor como de las FFMMV? ¿Cambiarías algo?

Yo lo veo muy bien, además esos quince días que se están de convivencia con las candidatas, veo que da mucho tiempo para poder elegir una buena Corte de Honor y para tener un buen criterio. Lo que haría como antiguamente es no llevar a tantas a la final, porque para el jurado es una locura. Nosotros teníamos el sector, semifinal y luego la final y es que llevar a setenta y tres señoritas y niñas tanto tiempo de espera desde julio hasta octubre es mucha incertidumbre. También vería bien que el jurado que elige a la Corte de Honor, eligiera a las Falleras Mayores, porque ya las conoces y tienes otros quince días para matizar cosas de esas trece chicas que ya has sacado y sería una buena opción.

  1. ¿Recuerdas alguna Fallera Mayor de Valencia en la historia, que te marcara? Para ti, ¿Qué requisitos crees que debe cumplir una Fallera Mayor de Valencia?

Puedo decir que me han marcado tres Falleras Mayores de Valencia, una fue Covachi, que yo era pequeñita pero la recuerdo mucho y me encantaba, y siempre que la veo en la cena de Cortes la miro con admiración, luego me marcó Elena Muñoz, porque ese año yo era Fallera Mayor de mi comisión y entonces cuando tu eres de tu falla, la Fallera Mayor de Valencia la tienes siempre en un pedestal y cada vez que la veia en un acto para mi era impresionante, era ver a mi Fallera Mayor de Valencia y la otra es Sandra Climent, porque para mi ha sido una de las mejores Falleras Mayores que ha habido. Y los requisitos yo creo que una Fallera Mayor de Valencia tiene que tener lo que siempre se dice, saber estar, don de gentes, formación, cultura, belleza, porque para mi es importante la belleza, porque muchas veces dicen que da igual que una chica no sea muy guapa, para mi si porque la gente no llega a conocer a la Fallera Mayor de Valencia, y con lo que te quedas es con la imagen porque nos está representando dentro y fuera de nuestra ciudad, entonces considero que tiene que tener una buena imagen, pero un requisito indispensable es que ame Valencia y las fallas porque es un año muy sacrificado tanto para la Fallera Mayor como para la Corte y si no lo sientes realmente y lo llevas dentro del corazón, puede ser un año muy pesado.

  1. ¿Que cualidades crees que vieron en ti p
    ara llegar a lo más alto en dos ocasiones?



Pues no lo sé, se lo tendrías que preguntar al jurado, pero creo que ante todo que soy muy fallera, me gustan mucho las fallas, me gusta mucho vivirlo y lo disfruto al máximo, yo volvería a ser de la Corte todas las veces que hiciera falta, de hecho siempre he estado vinculada al mundo fallero, en mi casa nadie era fallero y yo veía una fallera y me ponía a llorar, yo le decía a mi madre: ¡Mama, quiero ser fallera! Y mi madre no entendía nada y ella me ponía una peineta y yo dejaba de llorar, entonces a los seis años mi madre me dijo: Hija, no eres fallera, eres Fallera Mayor Infantil y entre en la falla Plaza de Honduras, siendo Fallera Mayor y desde ahí hasta ahora. 

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